viernes, 24 de septiembre de 2010

Cuéntame lo que sueñas

Ayer, un poco antes de irme a dormir, escuché un grillo.
Inesperadamente el chirrido me hizo recordar la única carta que he enviado por correo convencional.
Dalí, a él estaba dirigida mi carta y hasta Cataluña llegaría.
Un día del otoño de 1989 acudí al correo toda emocionada por dejar el sobre en el buzón.
Algunas veces todavía me pregunto si me habría contestado y que diría su respuesta.
Lástima que él haya muerto en enero de ese año.
Cuéntame lo que sueñas. Es lo único que todavía recuerdo de lo que escribí en la carta.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Hoy en Blog Day 2010:

Me encanta el papel.
Me fascinan las cosas hechas de papel.
Me gusta escribirlo, colorearlo, pintarlo, pegarlo, doblarlo.
Por eso este año la lista de recomendaciones está dedicada a los papercraft blogs.

Papercraft World: De acuerdo a su descripción, este blog tiene una colección del más fino papercraft y modelos de papel.

Scherenschnitte: Palabra alemana que en términos locales significa papel picado. Cindy, la autora del blog nos obsequia bonitos templates para practicar el papercutting.

Poppy Paperie: En este blog hay montones de inspiración.

Paperkraft: Cuenta con una nada despreciable colección de paper toys, incluye de todo, desde los más sencillos cube crafts hasta modelos realmente complicados, y todos ellos pueden ser descargados gratuitaente.

Julyana Czezacki: Hace una recopilación de todo lo que encuentra sobre paper toys, origami, fotografía y un salpicado de otras cosas. Es un buen lugar para comenzar.

Por instante creí que no podría llegar a tiempo con mi post de hoy, pero permití quitarle un poco de espacio a otras cosas para terminar mi lista de recomendaciones, así es que más les vale darle clic a los links, los voy a estar vigilando =^¬¬^=

viernes, 20 de agosto de 2010

Novedades

Hace mucho tiempo que no venía por aquí.
Parece que las cosas no han cambiado mucho.

Debo confesarles que me alejé del blog porque perdí el entusiasmo por redactar medianamente bien. Hubo temas y tiempo, pero no las ganas de revisar lo que escribo. Puede ser que Twitter y Tumblr hayan tenido algo que ver en eso, pero nadie lo sabe a ciencia cierta.

Hoy estoy escribiendo esto en la oficina mientras espero a que algo pase, cualquier cosa. Y lo mejor que se me ocurrió para pasar el tiempo fue hacer un post.

La empresa donde trabajo está sufriendo cambios que realmente me molestan mucho. Hay una suerte de lambiscones que se están llevando mi trabajo, lo maquillan un poco para presentarlo como propio y parece que a mis jefes no les importa. Mis defensas se terminan con ellos a la delantera.

Me da tristeza estar en la oficina.

Imaginen la escena de una película donde al protagonista todo le ha salido mal y está en un bar emborrachándose, estoy en ese punto de la historia, sólo que en vez de beber alcohol contesto preguntas de Yahoo! Respuestas, tantas que ya llegué al nivel 3 y me convertí en colaborador destacado. Auch.

¿Han visto la sexta temporada de Grey’s Anatomy? Con lo de la fusión y todo eso. Pues algo así está pasando, el ánimo de todos está decaído, se sienten nerviosos esperando el momento en que comiencen los despidos. Yo, a veces, me siento como Cristina: no estoy usando mis habilidades para nada productivo, puede ser que sea mejor buscar otro lugar, por lo menos un ambiente más sano. No sé, realmente no sé que debo hacer.

Bueno, siéntanse libres de presentarme ofertas de empleo :D

viernes, 5 de marzo de 2010

Libros

Desde que tengo memoria los libros siempre me han gustado, sí, incluso antes de aprender a leer. A pesar de que mis padres no son grandes lectores crecí rodeada de libros alimentando una fascinación hacia ellos y con un interés especial en uno enorme con muchísimas hojas y con un señor usando turbante en la portada, debía ser un libro muy importante porque cada vez que lo hojeaba mi papá me decía “no vayas a pintar ese libro”.

Cuando apenas reconocía las letras ese libro me seguía siendo completamente incomprensible, lo veía como un grimorio o algo parecido, esperaba el momento en que pudiera leerlo.

Luego nos mudamos y el libro ese quedó olvidado dentro de una caja de cartón pero no la fascinación. Aprendí a leer y me dieron “El Principito” y me gustó mucho, después a “Platero y Yo” que me aburrió.

Más tarde comenzaron a darme clases particulares en la biblioteca de la escuela. Era de lo más feliz en la Tierra en un lugar frío lleno de toda clase de libros a mi disposición: enciclopedias, atlas, compilados y mis favoritos en ese entonces “Los Libros del Rincón”.

En la secundaria vi lo solemne que puede ser una biblioteca. Esta biblioteca era (es) un edificio aparte de un piso ubicado al final de todos los otros edificios, lejos del bullicio del patio y las canchas. En los jardines que la rodeaban estaban instaladas bancas y mesitas para la lectura al aire libre. Fue en ese bello lugar donde leí mi primer libro de detectives “El largo adiós” de Raymond Chandler (aunque yo sigo pensando que es ciencia ficción, pero meh, ¿quién soy yo para darle género a un libro?), me emocionó, tenía de todo, policías, criminales, drogas, alucinaciones raras, ¡uf!.

Y nos mudamos de nuevo. Y no lo van a creer pero la escuela no tenía biblioteca. Y que me da el patatús. Ya resignada uno de esos días le digo a mi mamá que nos pidieron el libro “Álgebra” de Baldor a lo que me contestó que buscara en la caja de libros de mi papa. ¿Ya adivinaron?, sí, el grimorio de mi infancia no era más que un (cuasi mítico) libro de álgebra, cuando lo saqué de la caja sentí un vuelco en el estómago, había llegado el momento en que pude leer el librote y claro resolver los ejercicios también.

En la preparatoria un profesor me regaló “Soy Leyenda” de Richard Matherson que se convirtió en uno de mis favoritos. Días después de que terminé de leer ese libro una de mis amigas me dijo “si te gustaron de espantos…” y me mostró “Cañitas” de Carlos Trejo, lo leí con ella.

Como ven mi vida no tiene un sound track en su lugar hay una lista de libros memorables.

Todo esto viene para hacer una queja: ¿A que “geniecillo” se le ocurrió eso de “tonto el que presta un libro pero más tonto el que lo regresa”?

Y a los “geniecillos” que siguen el dicho al pie de la letra: regresar un libro (y cualquier otra cosa prestada) no los hace tontos si no honorables y dignos de confianza. Embaucadores es en lo que se convierten al quedárselo.

He perdido muchos libros así, desde el Diario de Anna Frank hasta Pixie en los suburbios, algunos de ellos los he repuesto otros no he podido, como mi propio libro de pociones (en realidad era de HTML) que como el Príncipe Mestizo le puse por todas partes notas, comentarios, ejemplos y trucos, “voy a sacarle copias” me dijeron y después de eso no volví a verlo.

Casi todos mis libros tienen una historia detrás, son algo que me trae recuerdos y es triste perder el objeto, el recuerdo afortunadamente se queda.

Los libros son como las personas, llevan un nombre y una historia dentro de ellos, dejen de secuestrarlos ¿OK?

lunes, 8 de febrero de 2010

Oops!, el mundo terninó

Últimamente, más que nunca he escuchado mucho sobre el fin del mundo, las profecías, los mayas y el 2012.

Particularmente no creo que el Apocalipsis exista, no como el suceso en el que el mundo deja de existir; creo, por ejemplo, que los humanos como especie podríamos extinguirnos circunstancialmente por la falta de recursos para nuestro sustento o por un cambio climático al que no podamos adaptarnos (posible aunque poco probable).

Sin embargo, si el fin del mundo llegara me gustaría que fuera un accidente, un acontecimiento donde alguien diga ‘oops’ y al momento siguiente cero mundo o adiós humanos, que para el caso es lo mismo.

Me refiero a algo así como que el profesor Utonio experimenta con la sustancia X, la mezcla con dulces y flores pero al finalizar en vez de tomar la probeta marcada con “muchos colores” accidentalmente usa la que dice “malévola sustancia Y”, entonces en su laboratorio se oye oops luego kaboom y así terminó la historia humana. O imaginen las instalaciones donde está el colisionador de hadrones, los científicos que allí trabajan escriben comandos en sus súper computadoras para hacer que los hadrones colisionen; uno de estos científicos al estar limpiando su teclado de migajas de galleta escribe en su terminal "@[=g3,8d]\&fbb=-q]/hk%fg" pero al presionar back space para borrar este error casual, zooop, no entramos al mundo cibernético sino que un enorme hoyo negro termina con la existencia del planeta.

Quiero decir que si el mundo va a terminar por cuestiones humanas me gustaría que no fuera por odios, resentimientos, guerras frías, biológicas, nucleares o químicas ni por holocaustos. Me gustaría que todo terminara un día cualquiera sin que nadie se lo espere, sin que nadie sienta más temor, dolor o desesperanza de la que ya tiene por vivir donde le tocó vivir.

viernes, 29 de enero de 2010

Ya vi Avatar

Y me pareció una bonita película de ciencia ficción. Particularmente lo que más me gusta de ver películas es cómo se ven y no en un aspecto estrictamente técnico, sino me gusta ver los colores, las formas, cómo se combinan con el ambiente. En este sentido Avatar es un buen espectáculo, en especial en 3D. Lo único que no terminó de gustarme fue el exceso de psicodelia, muchas luces para mi gusto.

La historia es una fábula y como tal es sencilla y con moraleja, es todo.

Pero lo que más me gustó (y el tema central de este post) es el concepto de Pandora (un planeta) como una enorme red biológica de información. Es sorprendente que por medio de un dispositivo puedas conectarte a una red neuronal orgánica y almacenar datos orgánicamente también, como un enorme cerebro, como un Internet vivo.

Esto, apreciados lectores, no está tan alejado de la realidad, esto realmente es el futuro, esperen, no quiero decir que los humanos desarrollarán trenzas con filamentos para usar un árbol como disco duro. No. Lo que digo es que todos los seres vivos somos un complejo programa que al entenderlo un poco tendremos poderosos sistemas para computar datos. Por ejemplo, ¿sabían que existe la computación basada en AND?, ¿o que la Unión Europea gasta millones de euros para desarrollar computadoras fundamentadas en células que imitan sistemas biológicos?

Es claro que todo esto aún es dos rayitas adelante de la teoría, los experimentos apenas comienzan y tardará mucho tiempo en que la computación biológica tenga aplicaciones para el usuario común. Imaginen ver en su ultradelgadísima pantalla la presentación del “iPad Neuron” que con su sistema neuronal puede almacenar choro cientos montones de música, videos, libros y todo el etcétera que quieran incluir para que los acompañe en sus viajes por el sistema solar. ¡Qué emoción!

En la imagen: una neurona del hipocampo vista con un microscopio electrónico.

viernes, 15 de enero de 2010

El año comienza

Pues sí, las festividades de fin e inicio de año terminaron ya y todo regresa a la normalidad.
Recibí regalos en Navidad, pero ninguno en día de Reyes.
El último día del año resultó un poco tortuoso pero el primero fue mejor.
Comí rosca de Reyes en casa y en la oficina y en ninguna de las dos me tocó apadrinar al niño.
Al parecer los panaderos por fin entendieron que a nadie nos gusta el acitrón con el que adornan las roscas, porque este año las ataviaron con ate e higos cristalizados verdaderamente sabrosos.
En verdad es agradable quedarse en la ciudad durante las fiestas decembrinas, la neurosis peatonal llega a niveles mínimos y hasta se pueden encontrar asientos vacíos en el metro.
Lo feo fue eso del “Árbol de Navidad más grande del mundo”, hace de Avenida Paseo de la Reforma un caos y eso no es bonito.
Finalmente en el D. F. tenemos un invierno decente, hace frío como hace mucho tiempo no hacía. Los inviernos deben ser fríos no un remedo de verano a 22ºC.

Bueno, el año comenzó con un saldo más o menos balanceado y hacía adelante es el camino.

Como diosa del Oriente medio, (olviden ya a los reyes de oriente) les traigo unos juguetitos para que pasen esos momentos de ocio:
Clic aquí y jueguen al ping pong con las ventanas de su navegador de Internet.
Clic acá y descarguen unas bonitas muñecas recortables, de esas a las que vistes con papel sujetado con pestañitas