Así decidí asistir nuevamente a las convivencias del Panteón. No me gustan mucho las multitudes, por eso me alejé, a pesar de que las valquirias me seguían invitando, en especial Mista, continua con eso de que soy niña cristal (¿?). En fin, allí me tienen toda linda en una mesa esperando a que aparezca algún conocido, alguien a quien preguntar si conoce a los persas o me pueda dar cualquier indicio, un norte, como diría mamá-Bastet. Pasa el tiempo. No aparece nadie.
Muy desanimada termino mi café y me retiro a replantear mi estrategia para atrapar a un persa, sentarme a la mesa y esperar a que un Dios me llegue del cielo no es buena idea.
Ah!, vayan a ver 300, Bastet la recomienda.
2 comentarios:
300 es de lo mejor que he visto en mi agitada vida :D
Deja de buscar persas, lo que queremos son historias de hadas, en especial de aquella que te quitó una de tus 9 vidas.
me dan envidia y curiosidad esas convivencias del panteón ja...
Saludos
Marce
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